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La historia y los peligros del salto desde acantilados

El buceo en acantilados es un deporte extremo que tiene sus raíces en cientos de años, combinando riesgo y gracia para crear una experiencia impresionante.

Según su definición más básica, el salto desde acantilados es exactamente lo que esperaría que se basara en el nombre. Es un deporte extremo que involucra a atletas altamente entrenados que se zambullen en el agua desde un acantilado rocoso muy alto. Esto le da un atractivo más sonriente que otros deportes extremos, como el salto base y la escalada en roca. Es por ello que esta actividad solo debe ser realizada por personas que hayan recibido la formación adecuada y hayan adquirido la experiencia necesaria que les permita participar en el deporte sin lesionarse. Se advierte a todos los demás que sigan siendo espectadores, ya que puede llevar años adquirir las habilidades necesarias para competir.

Los clavadistas son atletas extremos que han aprendido las habilidades acrobáticas que les permiten participar en esta desafiante actividad sin lesionarse gravemente. Hoy en día, hay competiciones de clavados en acantilados que se llevan a cabo en todo el mundo, incluso en lugares como México, Brasil y Grecia. El fabricante de bebidas energéticas Red Bull organiza algunos de los eventos más dramáticos cada año, con buzos hábiles saltando desde acantilados rocosos o plataformas ubicadas a una altura de 85 pies en el aire. Estas competencias atraen rutinariamente a miles de espectadores que vienen a presenciar a estos increíbles atletas realizando increíbles hazañas de acrobacia y resistencia.

Historia

La historia del buceo en acantilados se remonta a casi 250 años en las islas hawaianas. Cuenta la leyenda que el rey de Maui Kahekili II obligaría a sus guerreros a saltar primero desde un acantilado para aterrizar en el agua. Era una forma de que esos hombres mostraran a su rey que eran valientes, leales y audaces. Más tarde, bajo el rey Kamehameha, el salto desde acantilados se convirtió en una competencia en la que los participantes eran juzgados por su estilo, con énfasis en hacer el menor chapoteo posible cuando entraban al agua.

A lo largo de los siglos que siguieron, el deporte se expandió también a otras partes del mundo, y los buzos pasarían innumerables horas perfeccionando sus habilidades para adaptarse a las condiciones únicas del lugar donde practicaban el deporte. Algunos tuvieron que aprender a lidiar con acantilados que eran más altos y más escarpados, mientras que otros enfrentaban aguas más agitadas, costas rocosas, vientos fuertes y otras variables.

A lo largo del siglo XX, la popularidad del deporte creció considerablemente. Los eventos televisados llevaron el salto desde acantilados a los hogares de los espectadores por primera vez, presentando el deporte a una audiencia internacional. Esto dio lugar a competiciones en todo el mundo, con una audiencia fascinada y comprometida sintonizando rutinariamente para ver la acción.

Hoy en día, el buceo en acantilados todavía se considera una actividad muy peligrosa y, en cierto modo, un nicho que puede provocar lesiones graves o incluso la muerte si no se realiza correctamente. Los clavadistas modernos continúan empujando los límites en términos de entrenamiento, preparación y las alturas desde las que saltan. Por ejemplo, en 2015 se estableció un nuevo récord mundial cuando un atleta brasileño-suizo llamado Laso Schaller se lanzó a más de 58 metros (193 pies) de una plataforma en Maggia, Suiza. Sin embargo, ese tipo de alturas son ejemplos extremos del deporte, y la mayoría de las competiciones se llevan a cabo en el rango de 26 a 28 metros (85 a 92 pies). En comparación, los buzos olímpicos saltan desde una altura máxima de solo 10 metros (33

Deporte peligroso

Dado que los buzos pueden viajar a más de 60-70 mph cuando chocan contra el agua, las lesiones se convierten en una posibilidad real. Las lesiones más comunes incluyen hematomas, abrasiones, fracturas por compresión, conmociones cerebrales e incluso daño espinal. Es por estos riesgos que estos atletas entrenan primero a alturas mucho más bajas, perfeccionando sus habilidades mucho antes de que incluso consideren escalar más alto. Con el tiempo, adquieren no solo las técnicas necesarias para aterrizar de forma segura en el agua, sino también la confianza para empujarse a alturas cada vez mayores en los acantilados desde los que saltan.

Si está considerando la posibilidad de practicar el salto desde acantilados como deporte, considere buscar el consejo de atletas experimentados que ya están compitiendo en el deporte. Es probable que enfaticen la importancia de estar entrenados técnicamente, estar en excelente condición física y bucear muchas veces desde alturas más bajas antes de intentar zambullirse desde lo alto de un acantilado. Incluso entonces, se deben tener en cuenta muchos otros factores tanto en el acantilado como en el agua debajo, incluido el clima, las olas y el terreno. Las condiciones del viento, en particular, pueden jugar un papel importante en el aterrizaje seguro, aunque la ubicación de rocas y otros obstáculos es importante que los buzos también deben considerar y conocer.

Aprendiendo a bucear desde un acantilado

Se anima a cualquier persona que quiera aprender a bucear desde un acantilado a encontrar un instructor experimentado que pueda enseñarle las cuerdas. Mejor aún, visite la página de EE. UU. Cliff Diving en Facebook para ver consejos y conocimientos de otros. Los miembros de la página a menudo comparten sugerencias y videos, y pueden ser muy útiles para cualquiera que desee comenzar. La página es sorprendentemente activa y los videos compartidos allí son suficientes para proporcionar una descarga de adrenalina por sí solos. Pero, para aquellos que aún quieran agregar esta habilidad extrema a su currículum de aventuras, el grupo puede llevarlos en la dirección correcta.

Otras opciones incluyen unirse a una clase de buceo desde acantilado, ya que hay escuelas ubicadas en todo el mundo. Por ejemplo, Cliff Diving Ibiza ofrece cursos básicos de un día para aquellos que buscan iniciarse, mientras que la World High Diving Federation también ofrece una buena respuesta.